Votantes, programas, ideologías= Intereses

Cada día estoy más convencido de quiénes son los auténticos y verdaderos culpables del desastre al que hemos llegado en España y que no son otros que la izquierda (toda la izquierda) no democrática. Esa izquierda que se sirve de cualquier resorte legal que le da la flexibilidad de las distintas Constituciones de cada país, para alcanzar el poder con el único ánimo e intención de perpetuarse en él.

De ahí que estemos viendo o que llevemos viendo ese comportamiento que fue más radical después de la II Guerra Mundial donde el comunismo se impuso de la manera totalitaria que lo hizo, y en lo que llevamos del siglo XXI de una forma algo más sutil, como es, sirviéndose asimismo de las ventajas que les otorgan las democracias de poder participar en la vida política, llegar, y una vez conseguido el poder con las urnas, pasar de manera ladina a la autocracia para desde el poder Ejecutivo, controlar el Legislativo –pactando con quien sea menester–, y seguidamente controlar el Judicial. Autocracia pura, que no deja de ser una forma más de dictadura encubierta y con el horizonte puesto en el comunismo como forma definitiva de régimen.

Y en este sentido no hay que olvidar como bien saben, a los intérpretes de Marx, el primero de todos ellos Lenin, que el socialismo es considerado como la fase previa al comunismo, y el comunismo como tal y de facto, no es lo que se proclamaba desde el punto de vista filosófico cuando se crea, ni por el propio Marx, que es más un socialismo científico, ni como la utopía de Tomás Moro, sino la realidad de Cuba, de China, de Rusia, de casi toda Latinoamérica etc., etc., etc. Sin obviar tampoco, que desde la Revolución rusa de 1917, y hasta la caída del muro de Berlín en 1989, la mitad de la humanidad vivió bajo regímenes políticos que se declararon herederos del pensamiento marxista. Pero todo ello hecho a base de interpretaciones de su pensamiento filosófico llevado a cabo por personajes de la jaez de Mao, de Stalin, de Fidel Castro, Hugo Chaves o Vladimir Putin.

Pues todos los votantes socialistas, que dudo mucho que en su generalidad conozcan esto, deben saber hoy día y en España, que cuando votan PSOE no están votando a un partido que pretendió ser socialdemócrata después de Suresnes (en Surenes se proclamaron marxistas-leninistas para cambiar la chaqueta al poco tiempo de tocar el poder y por la propia iniciativa de la socialdemocracia alemana que encarnaba Willy Brant mentor de Felipe González), sino que votan a un partido radicalizado hacia la extrema izquierda, capaz de pactar con el diablo con tal de mantenerse en el poder para conseguir su fin, obviando la posibilidad de una “gran coalición” (como se ha llevado a cabo hasta en cuatro ocasiones en Alemania, tanto la de Willy Brant, como la de Ángela Merkel, entre socialdemócratas y demócratas cristianos en sus dos versiones “CDU, CSU” con el SPD).

Del mismo modo, los votantes socialistas cuando votan PSOE, están votando a la extrema izquierda que personifica Yolanda Díaz, al Partido Comunista, y demás conglomerado de partidos salidos del 15M. Están votando a Ezquerra Republicana de Cataluña; están votando al PNV; están votando a los «bilduetarras» que representa ese “hombre de paz”, los mismos que ayer viernes han votado en contra de que se hiciese una declaración institucional para homenajear, en Navarra a Miguel Ángel Blanco, concejal del PP asesinado por ETA hace 26 años, o votan a los independentistas de la derecha catalana que representa en la actualidad un prófugo de la justicia española.

Así, como del mismo modo, todos los votantes de estos partidos, a su vez, cuando votan, en teoría a su partido y que no pueden ni ver al PSOE en pintura si no es para sacar más poder y más dinero, están votando a los socialistas de Sánchez. Son, como en los Tres Mosqueteros y D’artagnan, el: “uno para todos y todos para uno”. Y a ese uno, Pedro Sánchez, le importa una verdadera higa lo que tenga que hacer para seguir sentado en el sillón de la Moncloa.

Todo comenzó, me refiero a las aspiraciones autócratas del PSOE con el famoso pacto del Tinel. Ahí se abrió la barra libre de todos contra la derecha en donde todos iban a sacar un rédito político emporcando desde las instituciones del estado hasta la convivencia y la paz social. A partir de aquel momento gestado desde la oposición y llevado a la práctica por el estólido Zapatero, la izquierda y la extrema izquierda no han hecho otra cosa que sucumbir a los chantajes y la extorsión de todo ese magma partitocrático que nos ha traído a la auténtica y verdadera ruina en la que estamos en estos momentos, moral, ética, económica y socialmente.

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